En Argentina, el ladrillo y el cemento todavía son sinónimo de “casa sólida”. Sin embargo, el contexto actual —inflación, suba de tarifas energéticas y falta de crédito— obliga a repensar cómo construimos. Allí es donde sistemas industrializados como el Steel Frame comienzan a ganar terreno frente a la mampostería tradicional.
1. Costos y tiempos de obra
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Mampostería: los materiales básicos (cemento, arena, ladrillos) parecen más accesibles, pero la obra es lenta y requiere mucha mano de obra. Un proyecto puede extenderse entre 9 y 14 meses, con sobrecostos inevitables en un país inflacionario.
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Steel Frame: al estar basado en perfiles de acero galvanizado prefabricados, los tiempos se reducen hasta un 50%. Una vivienda puede estar lista en 4 a 6 meses. Esto significa menor gasto en alquileres, honorarios y menos exposición a aumentos de precios.
2. Eficiencia energética
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Mampostería: ofrece aislación media, dependiendo del espesor y la calidad del ladrillo, aunque suele necesitar capas adicionales de aislantes.
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Steel Frame: incluye aislantes específicos como lana de vidrio, celulosa proyectada o EPS, logrando un rendimiento superior. Esto se traduce en ahorro de hasta un 60% en calefacción y refrigeración, algo clave en la economía actual.
3. Durabilidad y mantenimiento
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Mampostería: es robusta y conocida, pero más propensa a fisuras, humedad y mayores costos de mantenimiento a lo largo de los años.
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Steel Frame: el acero galvanizado no se pudre, no es atacado por plagas y soporta movimientos de suelo. Es un sistema probado en países sísmicos y de climas extremos.
4. Flexibilidad y diseño
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Mampostería: tiene la ventaja de la tradición y la confianza cultural, con gran versatilidad arquitectónica.
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Steel Frame: permite proyectos de diseño moderno, de varios pisos, con precisión milimétrica gracias al cálculo industrializado. Además, las ampliaciones o remodelaciones son más rápidas y limpias.
Conclusión
La mampostería seguirá siendo una opción por costumbre y por la percepción de solidez. Pero el Steel Frame ofrece una respuesta mucho más adecuada al contexto económico argentino: menos tiempo de obra, mayor eficiencia energética y costos más previsibles.
Hoy, elegir Steel Frame no es solo optar por un sistema constructivo moderno, sino también por una inversión más segura en un país donde el tiempo y el dinero son factores decisivos.


